(Por SAN MARTIN SJ) El partido llegaba a su fin. Latente estaba la esperanza de sumar otra vez tres puntos. San Martín había mostrado grandes pasajes durante los noventa minutos, pero el marcador final no siempre refleja los merecimientos. Y en el último minuto de descuento todo lo que había edificado el conjunto de Hrabina con tanto esfuerzo se terminó derrumbando. Iuvalé apareció en el área de Pocrnjic, encontró los espacios que la defensa no pudo cerrar y mandó adentro del arco la pelota.
Sensación de injusticia. Por lo que había hecho el equipo. Porque lejos de bajar el nivel con el marcador abajo, fue allí donde encontró lo mejor futbolísticamente. Dos veces remontó la historia. Primero en el arranque del partido, cuando a los 12' Arraya puso el partido en favor de los jujeños. Los cinco minutos posteriores fueron una tromba del equipo de Hrabina. Fue a buscar rápido la igualdad y la consiguió. Pereyra, con un remate de treinta y cinco metros y la complicidad del arquero De Giorgi, convertía su primer gol con la verdinegra y le daba el empate al elenco sanjuanino.
La reacción del Verdinegro tuvo otro golpe apenas unos minutos después. Antes de que pudiera sostener el nivel de juego y buscar ganarlo, otro remate de Arraya complicó a Pocrnjic, que de todas formas tapó la pelota. En el rebote Fernández Francou se encontró con el segundo, cuando ya el arquero nada podía hacer. Otra vez la historia cuesta arriba. A partir de ahí, el encuentro se volvió de ida y vuelta, con un San Martín jugado por empatarlo otra vez y un Gimnasia que de contra encontraba espacios para liquidarlo.
El inicio del segundo tiempo no cambió la situación. El Verdinegro empezaba a parecerse mucho al del primer semestre, pero no concretaba la puntada final. Mientras tanto, corría los riesgos lógicos defensivos por arriesgar en ataque. Pereyra tuvo un par de ocasiones para anotar su segundo gol y el de su equipo, pero el Lobo se salvó. En la réplica jujeña, el que zafó fue el equipo sanjuanino.
El DT se jugaba por el empate y ponía a Narváez en lugar de Becerra. González era un volante más y San Martín jugaba con tres en el fondo. De tanto ir, el empate tenía que llegar. En un centro de Torresi, Narváez encontró la pelota y disparó hacia el arco. Penco desvió la trayectoria de la redonda y San Juan gritó gol. Nuevamente se reponía el equipo tras ir perdiendo. El termómetro del partido además parecía estar en favor del visitante. Podía ganarse en la recta final del cotejo.
San Martín siguió yendo, pero con menos gente y más cautela. Pero ya no encontró el camino de la victoria y encima sobre el final le terminaron amargando la noche. Será un viaje duro, con la tristeza de haber perdido un partido que no merecía tal resultado. Más aún sabiendo que Instituto ganó y que el partido del lunes venidero puede ser trascendental en importancia de cara al futuro. El sanbernardino Walter Cuevas no jugó por lesión.
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Sensación de injusticia. Por lo que había hecho el equipo. Porque lejos de bajar el nivel con el marcador abajo, fue allí donde encontró lo mejor futbolísticamente. Dos veces remontó la historia. Primero en el arranque del partido, cuando a los 12' Arraya puso el partido en favor de los jujeños. Los cinco minutos posteriores fueron una tromba del equipo de Hrabina. Fue a buscar rápido la igualdad y la consiguió. Pereyra, con un remate de treinta y cinco metros y la complicidad del arquero De Giorgi, convertía su primer gol con la verdinegra y le daba el empate al elenco sanjuanino.
La reacción del Verdinegro tuvo otro golpe apenas unos minutos después. Antes de que pudiera sostener el nivel de juego y buscar ganarlo, otro remate de Arraya complicó a Pocrnjic, que de todas formas tapó la pelota. En el rebote Fernández Francou se encontró con el segundo, cuando ya el arquero nada podía hacer. Otra vez la historia cuesta arriba. A partir de ahí, el encuentro se volvió de ida y vuelta, con un San Martín jugado por empatarlo otra vez y un Gimnasia que de contra encontraba espacios para liquidarlo.
El inicio del segundo tiempo no cambió la situación. El Verdinegro empezaba a parecerse mucho al del primer semestre, pero no concretaba la puntada final. Mientras tanto, corría los riesgos lógicos defensivos por arriesgar en ataque. Pereyra tuvo un par de ocasiones para anotar su segundo gol y el de su equipo, pero el Lobo se salvó. En la réplica jujeña, el que zafó fue el equipo sanjuanino.
El DT se jugaba por el empate y ponía a Narváez en lugar de Becerra. González era un volante más y San Martín jugaba con tres en el fondo. De tanto ir, el empate tenía que llegar. En un centro de Torresi, Narváez encontró la pelota y disparó hacia el arco. Penco desvió la trayectoria de la redonda y San Juan gritó gol. Nuevamente se reponía el equipo tras ir perdiendo. El termómetro del partido además parecía estar en favor del visitante. Podía ganarse en la recta final del cotejo.
San Martín siguió yendo, pero con menos gente y más cautela. Pero ya no encontró el camino de la victoria y encima sobre el final le terminaron amargando la noche. Será un viaje duro, con la tristeza de haber perdido un partido que no merecía tal resultado. Más aún sabiendo que Instituto ganó y que el partido del lunes venidero puede ser trascendental en importancia de cara al futuro. El sanbernardino Walter Cuevas no jugó por lesión.